ALGUNAS INDICACIONES PARA REALIZAR UNA EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA

ALGUNAS INDICACIONES PARA REALIZAR UNA EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA.
LA NEUROPSICOLOGÍA.
Cambios químicos o estructurales en el cerebro, provocados por accidentes, enfermedades, intervenciones quirúrgicas o procesos mórbidos,  pueden alterar su funcionamiento dando lugar a la presencia de disfunciones a nivel del aprendizaje, el lenguaje, la memoria, la organización y planificación, la toma de decisiones, el funcionamiento emocional y el comportamiento en general.
La Neuropsicología es una disciplina que se inserta dentro del campo de las neurociencias cognitivas, y apunta al estudio de  la relación entre el cerebro, la conducta y la cognición, como también  a profundizar el conocimiento sobre el sustrato neuronal de las funciones cerebrales superiores: gnosias, praxias, lenguaje, memoria, atención.
LA EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA.
Consiste en la detección, cuantificación e interpretación de la disfunción cognitiva, conductual y emocional, causada por anormalidades en la estructura o en las funciones cerebrales superiores de un paciente.
La investigación se basa en múltiples fuentes de datos: la entrevista clínica con el paciente y familiares, que permite además elaborar la historia clínica evolutiva, la observación del comportamiento durante las pruebas y la aplicación de baterías de pruebas neuropsicológicas. La interpretación y análisis de las diferentes etapas permite la elaboración del perfil neurocognitivo del paciente, la elaboración de un informe de hipótesis diagnostica y pronostico,  así como la información necesaria para realizar derivaciones a especialistas, programas y/o estrategias de intervención reeducativas o rehabilitativas, farmacológicas, pre-quirúrgica, y orientación familiar e institucional.
ALGUNAS INDICACIONES PARA SOLICITAR EVALUACION NEUROPSICOLÓGICA.
1. DIAGNÓSTICO Y CAPACIDADES: Antes de realizar cualquier intervención terapéutica, es fundamental , saber que tiene el paciente, cuáles son las causas probables de sus trastornos y alteraciones. Conocer el perfil de habilidades conservadas y afectadas.Contar con un inventario actualizado de lo que el paciente puede o no puede hacer,  con el fin de llegar a una prescripción terapéutica precisa e individualizada; a un tratamiento a la medida de esa persona.
2. Obtener información puntual que contribuya al diagnostico presuntivo o diferencial
3. El uso combinado de técnicas NP con exploraciones de neuroimagen funcional,  permite ampliar el conocimiento de la fisiopatología de determinados trastornos, así como observar las modificaciones que se producen en el funcionamiento cerebral,  luego de aplicar estrategias terapéuticas específicas.
4. Monitorizar la evolución clínica de distintas patologías y sus secuelas sobre los procesos cognitivos a mediano y largo plazo, investigar secuelas luego de un ACV o accidentes traumáticos que haya sufrido una persona.
5. Evaluación de la eficacia de distintos tratamientos, monitorización neurocognitiva de fármacos antiepilépticos, tratamientos piscoeducativos, estudiar los procesos del envejecimiento, etc.
6. Obtener datos complementarios acerca de la probable extensión y/o lugar del daño conocido o sospechado al SNC.
7. Contribuir al diagnostico en niños candidatos a cirugía de la Epilepsia. Exámenes NP antes y después de la cirugía. Investigar la dominancia cerebral para el lenguaje, predicción de déficit de memoria o de las funciones ejecutivas post quirúrgicos, etc.
8. Investigación. Se utilizan baterías NP desarrolladas específicamente para el estudio de determinados grupos patológicos y sus controles.
Prof. Neuropsic. Silvia Pérez Fonticiella
CONSULTORA EN NEUROCIENCIAS
Córdoba  iinnuar@gmail.com

Ver también:

¿Qué es y que investiga la Evaluación Neuropsicológica?  Presentación en Power Point en página de inicio.

El canto de los pájaros…. pistas para conocer mejor el cerebro humano.

Si tratáramos  de definir la función del cerebro en forma muy sintética podríamos decir que es la de recibir, procesar, almacenar y enviar información al medio ambiente. Es decir, concebido como órgano mental, el cerebro percibe, memoriza, decide y actúa por medio de la conducta. Unas preguntas básicas serían: ¿cómo están codificados y dónde están los recuerdos?, ¿de qué manera se organiza la conducta en el cerebro? Debe existir una huella, alguna forma en la que la experiencia deje su marca en el tejido nervioso. A esa huella se le ha llamado engrama, pero aun hay muchas preguntas por responder acerca de cómo funcionan esas huellas.

Con el aprendizaje aumenta en el cerebro la síntesis de proteínas; se activan y con ello se favorecen nuevas rutas de comunicación entre ciertas neuronas; se hacen circuitos de retroalimentación. Cientos de experimentos se han realizado para esclarecer esto, pero una de las evidencias recientes de mayor interés ha surgido del estudio de una de las conductas naturales más hermosas y llamativas: el canto de los pájaros.

El canto de un pájaro lleva mucha información a distancia: atrae consortes potenciales, previene a otros machos, ahuyenta a predadores. El canto está constituido en canciones funcionales, es decir, melodías para situaciones conductuales específicas. Algunas son proclamaciones que utilizan para delimitar territorios. Otras son cantos agresivos y otras más son de cortejo. Se han identificado, además, canciones de cuidado paternal, de alarma y de defensa. En los extensos tiempos que dedican algunos pájaros a cantar se mezclan diversos tipos de canciones y, con ello, se logran funciones diversas de comunicación. Sin embargo aún desconocemos el significado de los fraseos completos. Probablemente una misma canción tenga tantos significados cuantos escuchas existan, según su especie, sexo y aun su estado fisiológico.

Además de que los cantos son particulares de la especie, hay también dialectos: tipos de modulación característicos de una región geográfica determinada que difiere de miembros de la misma especie en otras áreas. Más aún, hay individualidad en el canto. En varias especies la canción se compone de una serie de frases comunes a todos los machos y, sin embargo, hay fraseos individuales que permiten reconocer al pájaro que los emite.

En experimentos de aislamiento y producción de híbridos se ha descubierto una característica del canto que es común prácticamente a todos los comportamientos: el hecho de que tenga un componente genético y otro aprendido. A diferencia de los insectos, cuyos cantos casi no se pueden moldear o modificar por el aprendizaje, los pájaros pasan por estadios de maduración durante los cuales la estructura y la tonalidad se refinan de acuerdo con el dialecto y la individualidad de quienes los rodean. Los pájaros aislados desde el nacimiento o los que son sordos producen cantos elementales y, aunque maduran durante el desarrollo, nunca alcanzan la riqueza de expresión de los criados en su ambiente. Esto demuestra que existe un patrón codificado en el sistema nervioso por ciertos genes que llevan la información del canto de padres a hijos, pero que ese patrón debe de ser modificado y enriquecido por la experiencia para que ocurra el producto acabado. Pero, además de la codificación del canto, existe un patrón de reconocimiento. O sea que no sólo hay un mecanismo para emitir el canto, sino que existe otro para reconocerlo. Esto se asemeja mucho a lo propuesto por Noam Chomsky, el conocido lingüista del Instituto Tecnológico de Massachusetts, que formula que hay patrones para el lenguaje humano; éste tendría un componente genético para la estructura fundamental y otro adquirido durante etapas cruciales de maduración.

Ahora bien, ¿cómo se codifica el canto en el cerebro? Fernando Nottebohm, investigador argentino que trabaja enla Universidad Rockefeller, sorprendió a los científicos del cerebro con un hallazgo sensacional: la evidencia de que un área muy restringida del cerebro de los canarios aumentaba al doble de su tamaño durante la primavera, la época del apareamiento anual y del inicio del canto, para reducirse al final de ella a su talla previa. Esta zona es un núcleo que controla las neuronas motoras de los órganos vocales, en particular la siringe, con la que el ave emite la voz; se trata del núcleo cerebral donde se halla codificado el canto. En experimentos posteriores encontró que la aplicación de testosterona, la hormona masculina producida por el testículo y que aumenta en los machos durante la época del apareamiento, produce un incremento en la talla del núcleo y desencadena el canto en los machos, incluso fuera de la estación. Más aún, las hembras adultas que normalmente no cantan, si se les aplican inyecciones de testosterona desarrollan el mismo cambio que los machos, es decir, expansión del núcleo y producción de canto. Estas evidencias vinieron a echar por tierra la noción de que el cerebro adulto era inmutable, y de que las neuronas, por su extrema especialización, ya no se producían en el animal adulto.

Hoy sabemos que las estimulaciones ambientales reiteradas, actuando sobre el ADN, pueden determinar cambios relativamente estables de la expresión del mismo, y la actualización de la información que allí se genera, propicia la formación de nuevas rutas de comunicación sinápticas entre las neuronas.

Esto nos da una visón mas optimista de las posibilidades que las intervenciones terapéuticas y pedagógicas adecuadas y a tiempo pueden promover en las personas, resignificando lo que alguna vez nos enseño el poeta Antonio Machado, …. “Hoy, es siempre todavía..”

Silvia Pérez Fonticiella.

TRASTORNOS ESPECÍFICOS DEL LENGUAJE

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TRASTORNOS ESPECÍFICOS DEL LENGUAJE

 


LOS TRASTORNOS QUE AFECTAN EL APRENDIZAJE. UN PROBLEMA QUE NO SIEMPRE ES BIEN INTERPRETADO

Sin el diagnóstico adecuado, los afectados tienen muchas posibilidades de sufrir fracaso escolar, conductas adictivas, frustraciones o desinterés, y este escenario produce, entre otras cosas, inestabilidad familiar y preocupación docente.

Los trastornos del aprendizaje en las aulas, son en la actualidad más habituales de lo que pudiera pensarse, aunque a veces, tardan años en diagnosticarse, o incluso, llegan a pasar inadvertidos; esta anomalía, produce jóvenes con baja autoestima y dificultades de adaptación laboral. Desde hace años, neurocientíficos de la talla de Kandel o Swartz, entre otros, han especificado claramente que todas estas patologías tienen origen neurobiológico y sus manifestaciones inciden en la vida social y personal. Si esta premisa es desconocida y diagnosticada con parámetros basados sólo en lo emocional, social o conductual, el niño recorrerá un largo y desalentador camino escolar que le depositará en la adolescencia con la etiqueta de un “joven terrible” a quien no le gusta estudiar. En la Argentina, estas pautas modernas no son abonadas por todos los pediatras y neuropediatras, quienes concluyen el camino hacia la supuesta solución, con medicación y la derivación a psicoterapia clínica o a un psicopedagogo para que aborde el problema exclusivamente escolar. Los tiempos han cambiado y es preciso que las diferentes áreas de la neurociencia trabajen en equipo para prestar ayuda verdadera a estos niños y adolescentes que padecen tan sólo alguna disfunción cerebral transitoria o algún trastorno reeducable y pasible de rehabilitación.

El camino es que el médico pediatra y/o el neuropediatra, deriven al paciente a una evaluación neuropsicológica, llevada a cabo por especialistas en Neuropsicología,  para que con el informe exhaustivo y pormenorizado, pueda indicar el tratamiento específico a la patología que presenta el chico, y la medicación en caso que sea necesario.

Autor:Es importante tener en cuenta, que estos problemas representan un porcentaje nada despreciable del alumnado de todas las escuelas. Estadísticas realizadas en España, por ejemplo, indican que entre 2 y 10 alumnos de una clase de 25, padecen algún trastorno del aprendizaje. Esto significa un  3% a 8% de la población en edad escolar. Según estos datos, la dislexia, por ejemplo, afecta a entre el 5% y el 15% de los escolares, el TDAH a entre el 3% y el 8%, la discalculia (acalculia o dificultades en el aprendizaje de las matemáticas) a entre un 1% y un 3%, y el trastorno del desarrollo del lenguaje a entre un 2% y un 4%.

Un diagnóstico diferencial, elaborado por profesionales del área de la salud

No hay duda de que hay una base genética o neurobiológica de estos trastornos. Los primeros estudios cognitivos para averiguar si un niño padece alguno de estos problemas, podrían manifestarse en primer año de primaria. Pero el infradiagnóstico aún es elevado y hay más trastornos del aprendizaje sin diagnosticar, que casos conocidos. Cuando esto ocurre, los afectados tienen un alto riesgo de fracaso escolar y, en el caso de los TDAH, de caer en conductas adictivas, así como de sufrir inestabilidad familiar y laboral.

Base neurobiológica

Los conocimientos científicos actuales han revelado que no se trata de niños con Coeficiente Intelectual por debajo de la media para su edad, al contrario, encontramos niños con un CI normal y hasta superior, por lo cual es preciso buscar las causas de por qué no rinden acorde a lo esperado en la escuela, por que no se esfuerzan y por qué no están motivados. Hoy se sabe que en la mayoría de los casos estas causas son de base genética y neurobiológica. Prueba de ello es que, en una muestra de 2.000 niños, sólo en el 8% no se halló ninguna base neurobiológica al trastorno del aprendizaje que padecían, al 92% restante se le pudo diagnosticar como un trastorno específico.

Según detalla Anna López, neuropsicóloga de la Unidad de Trastornos del Aprendizaje Escolar del mismo hospital, el TDAH se relaciona con una disfunción en el lóbulo frontal, mientras que la dislexia se corresponde con una en el hemisferio izquierdo en su parte posterior, teniendo, según los últimos descubrimientos, una base genética; el trastorno específico del desarrollo del lenguaje con problemas en el hemisferio izquierdo -en las áreas perisilvianas-, la discalculia tiene su base en el lóbulo parietal bilateral y, en el caso del TANV,(Trastorno de aprendizaje no verbal),  aunque no está tan claro, se barajan dos hipótesis: por un lado, que su origen esté en el hemisferio derecho, y por otro, en las áreas posteriores bilaterales.

DEBERES PARA EL SISTEMA EDUCATIVO
Los niños con TDAH, dislexia u otro trastorno del aprendizaje merecen una atención diferente. La escuela debe adaptarse para poder flexibilizar los diseños curriculares, para atender a la diversidad de alumnos que acuden a sus aulas. Los escolares afectados necesitan que se realicen adecuaciones metodológicas a los procedimientos educativos -y no de contenidos- para evitar  en posteriores casos de fracaso escolar. El sistema imperante hasta ahora, basado en un aula de 25 alumnos, donde todos atienden a la misma materia, con la misma metodología y a la misma hora, es obsoleto y debe superarse para permitir que estos niños completen sus estudios, según la visión de los expertos en educación, Enric Roca y Jordi Carmona.

Para contrarrestar estas dificultades del día a día, los neuropsicólogos proponen tomar de forma fraccionada los exámenes a los niños con TDAH, o asegurarse de que han apuntado bien los deberes que se les han encargado para la casa. Según se afirma, estos niños deberían sentarse en las primeras filas, para que presten más atención, en ellos el refuerzo da mejor resultado que el castigo. En líneas generales, requieren de una supervisión más cercana. En cambio, los afectados por dislexia necesitan estrategias compensatorias para poder aprender los mismos contenidos que sus compañeros. Los neuropsicólogos proponen que no se les haga leer en público, para evitar sentirse en ridículo, que se les reduzca el temario de los estudios, se les ofrezca más tiempo para los exámenes, puesto que les cuesta más leer que al resto, se les dé la posibilidad de examinarse de forma oral en lugar de por vía escrita, ya que deben realizar un gran esfuerzo para escribir, así como aplicar un baremo diferente para evaluar su ortografía.

Debemos adaptar las aulas para conseguir niños felices, que tengan un grupo de referencia, motivados para aprender y para que su trastorno del aprendizaje no sea un obstáculo para su futuro profesional.

Prof. Mario Valdez

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Prof. Neuropsic. Ing. Silvia Pérez Fonticiella - Prof. Mario A. Valdez

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